Por Emily Pickrell Bloomberg BNA
Los planes de México para construir dos modernas líneas de transmisión son una clara indicación de su propósito de lograr la mayor competitividad posible de la energía renovable al reducir su precio.
En junio se tienen planeadas dos subastas de líneas de corriente continua de alto voltaje por un valor de miles de millones de dólares que ayudarán a vincular los recursos eólicos de Oaxaca y los proyectos eólicos y solares de Baja California con el centro industrial de México.
Estos se encuentran entre los proyectos de infraestructura eléctrica más grandes que México ha emprendido en años como parte de un esfuerzo mayor para continuar el impulso hacia la energía renovable, de acuerdo con César Hernández, anterior subsecretario de Electricidad en la Secretaría de Energía.
“En este punto, el reto más importante para los avances en lo relacionado con energía renovable es la necesidad de una transmisión más efectiva”, explicó Hernández a Bloomberg Environment. “México cuenta con abundantes recursos solares, eólicos y geotérmicos, y el entorno resulta favorable para explotarlos, pero necesitamos asegurarnos de que estos proyectos de energía renovable, una vez construidos, se puedan integrar a la red”.
El proyecto de línea de transmisión de Istmo-Central está diseñado específicamente para mover los enormes recursos eólicos del sur de México al denso centro de población del país. Este recorrerá los 1,200 kilómetros (745 millas) de distancia que hay entre la Ciudad de México y Oaxaca, conectando los estados de México, Morelos, Puebla y Veracruz. El costo estimado para la línea de 500 kilovoltios es de US$1,700 millones y se planea que el proyecto se ponga en marcha en 2021. En las cuatro licitaciones recientes de energía limpia, esta región se ha considerado el corazón del potencial de energía eólica para el país porque se trata de una planicie situada entre los dos océanos. Estas licitaciones forman parte de un plan más amplio para que México alcance su objetivo de satisfacer el 35 por ciento de su demanda de electricidad mediante energía limpia para 2024 y 50 por ciento para 2050.
Sin embargo, con el fin de acceder al potencial se necesita el equivalente de líneas de supercarreteras similares a líneas de Zonas con Alto Potencial de Energía Limpia, o CREZ (Competitive Renewable Energy Zones), que se construyeron en Texas durante la década pasada y llevaron el potencial de la zona poniente de Texas al centro del estado. La tecnología de cables de corriente continua será particularmente útil porque ofrece un efecto de estabilización contra diferentes tipos de cambios súbitos en la electricidad que pueden darse con la generación de energía solar y eólica.
“Si tiene fuentes de energía altamente variable, una línea de corriente continua puede facilitar el flujo de esa energía”, afirmó Nick Puga, socio especializado en servicios públicos de Bates White, firma de consultoría económica. “Se puede reducir la electricidad si se tiene demasiado viento en determinado momento, y se puede controlar la velocidad a la que se reciben los flujos de electricidad en el otro extremo”.
Se espera que las nuevas líneas reduzcan esta saturación, lo que podría hacer más atractiva la inversión en energía renovable en México, a decir de Dino Barajas, socio en Akin Gump Strauss Hauer & Feld LLP, de Los Angeles, quien se especializa en proyectos de electricidad desarrollados en América Latina.
La segunda línea de transmisión que se subastará conectará el sistema eléctrico de Baja California con la red nacional mediante una línea de 1,400 kilómetros (870 millas) tendida entre Mexicali y Hermosillo cuyo costo aproximado será de US$1,100 millones. La conexión se hará mediante un enlace de corriente continua entre Mexicali y Hermosillo. Las líneas tendrán un nivel de voltaje de 500 kilovoltios y una capacidad de transmisión de 1,500 megawatts.
México también está experimentando un nuevo modelo de contrato para las líneas de Baja California el cual establecerá que el adjudicatario recupere costos y obtenga un margen de utilidades mediante comisiones, o tarifas, que se cargarán a los usuarios de las líneas de transmisión, en lugar de un pago inicial proveniente del gobierno. Este tipo de contrato, conocido como financiamiento Construcción-Operación-Traspaso, también exigirá que el desarrollador al final devuelva la propiedad de las líneas al gobierno mexicano. Este contrato estará bajo la supervisión de la Secretaría de Energía, modelo que se aparta del tradicional método de desarrollo de líneas de transmisión seguido por México, mediante el cual la Comisión Federal de Electricidad (CFE) supervisaba y conservaba la propiedad de todos los activos.
La complejidad de este nuevo tipo de contrato fue una de las principales razones para que ocurriera el importante retraso entre la publicación de las bases preliminares de la licitación por parte de la Secretaría de Energía, a finales de 2016 y el lanzamiento final, en diciembre de 2017.
El contrato cumple con las nuevas disposiciones en materia de electricidad aprobadas en 2013, las cuales permiten a empresas privadas participar en el desarrollo de las líneas de transmisión, aunque siguen sin permitirles tomar posesión del sistema real.
“Este contrato es el primero en su clase en México”, afirmó a Bloomberg Environment Robert Downing, socio en la firma Greenberg Traurig LLP. “La ley permitía la participación privada pero no la propiedad de los activos físicos. La redacción de una propuesta preliminar constituyó todo un desafío, ya que se trata de una nueva estructura para la participación de entidades privadas en México”.
Las compañías aún se encuentran recopilando información acerca de los proyectos y determinando si sus conocimientos técnicos particulares resultan convenientes para algún proyecto, de acuerdo con Noe H. Sáenz, director nacional para México en Burns & McDonnell Inc., firma establecida en Houston, especializada en proyectos de transmisión de energía.
En la lista de compañías interesadas se encuentran docenas de empresas mexicanas, así como participantes reconocidos en el ámbito internacional, como NextEra Energy Inc., China Southern Power Grid Co. Ltd. y Mitsubishi Corp., mientras que entre las compañías registradas se encuentran GE Grid Solutions LLC e Iberdrola SA.
Algunas compañías afirman que les agrada la mayor flexibilidad mostrada en el proyecto de Baja California, lo que dará mayor apertura al desarrollo del proyecto.
“La línea de Baja California es más atractiva para compañías como la nuestra porque podemos aportar nuestra experiencia y conocimientos tecnológicos y en diseño de tal forma que obtengamos mayor eficiencia de capital”, afirmó Sáenz al dar a conocer que su compañía ofrecerá asistencia a una empresa que planea participar en una licitación. “En el caso del proyecto de Oaxaca, la CFE ya determinó el diseño. La concesión se otorgará a aquella empresa que pueda seguir los lineamientos de la CFE con el menor precio”.
Muchas otras compañías también están pidiendo a la Comisión Federal de Electricidad información acerca del proyecto de Oaxaca, indicando que están considerando participar en una licitación, a decir de Andrea Calo, directora de inteligencia de mercado en México para Customized Energy Solutions Ltd., firma establecida en Houston que se dedica a ofrecer servicios de asesoría para el mercado de electricidad. Las compañías que están dispuestas a continuar tendrán que cumplir con ciertos requisitos técnicos y financieros para poder participar en la licitación.
Uno de los desafíos más inmediatos para ambos proyectos es el corto plazo que las compañías tienen para preparar su propuesta. Las especificaciones para el proyecto de Oaxaca se publicaron en diciembre pasado y deben presentarse el 21 de junio. El plazo para el proyecto de Baja California es ligeramente más holgado pero sigue siendo reducido. Las bases para la licitación apenas se publicaron a mediados de febrero y los paquetes de las propuestas se deben presentar el 17 de agosto.
Un tema más preocupante es el de garantizar el derecho de vía, lo que requerirá obtener permisos de terratenientes, muchos de los cuales son comunidades indígenas. De conformidad con las leyes mexicanas, los desarrolladores tienen la obligación de consultar a las comunidades indígenas para asegurarse de obtener el consentimiento requerido para hacer un cambio en una autorización de uso de suelo, así lo explicó Gabriel Bustamante, socio en Vera & Asociados, firma consultora en derecho ambiental establecida en la Ciudad de México.
Con el propósito de descartar algunos estos inconvenientes, la Comisión Federal de Electricidad ha obtenido gran parte de los permisos necesarios para el derecho de vía correspondiente a las líneas de Oaxaca, explicó Bustamante. Sin embargo, esta medida podría suscitar un nuevo conjunto de desafíos relacionados con asuntos comunitarios.
Algunas partes del Estado de Sonora en donde se tenderán las líneas de transmisión de Baja California sufren el azote de la violencia de los cárteles, lo que complica aún más el potencial del desarrollo. “Muchos proyectos se han construido en esa parte del país, pero es necesario conocer los atajos y entender las reglas no escritas”, advirtió Bustamante. Las condiciones de pago para los proyectos se establecerán en pesos, lo que constituye otro posible reto para los visitantes. Es probable que los desarrolladores garanticen el financiamiento en una moneda extranjera, por lo que tendrán que protegerse de la posible volatilidad del peso, explicó Downing.
“La forma de enfrentar el riesgo cambiario a lo largo del plazo del contrato implica una verdadera preocupación”, advirtió Downing. “No es como si se tuviera que hacer un pago denominado en dólares. Se trata de un asunto manejable pero, que a final de cuentas, habrá que considerar”.
Aunque todavía se tienen que licitar las líneas, algunos observadores del mercado se muestran entusiasmados sobre el efecto esperado en el desarrollo de energías limpias.
“Cuanto más medios de transmisión se construyan en Oaxaca, más avances se verán en el sector eólico”, declaró Barajas, de Akin Grump. “El talón de Aquiles en el desarrollo de proyectos eólicos siempre fue la evacuación de la energía eólica. Cuanto mayor capacidad haya para cablear la región, mayores ventajas obtendrán los desarrolladores al acceder a la capacidad eléctrica desregulada”.